Nuevos Recortes Pueden Provocar que las Escuelas de San Diego se Declaren Insolventes; por el Superintendente Bill Kowba
El estado ha respondido a la actual crisis económica con recortes presupuestales que devastarán la educación pública en California. Esta declaración puede sonar demasiado dramática, pero se volverá realidad si el gobernador impone $1500 millones adicionales de recortes a mitad del año escolar para la educación K-12 en enero de acuerdo con la ley de presupuesto.
Los distritos escolares en todo California cuelgan al final de la soga presupuestal. Más de $15 mil millones han sido recortados a los presupuestos de las escuelas públicas de California en los últimos cuatro años. La mayoría de los distritos han usado todos los trucos presupuestales posibles durante estos tiempos difíciles, y las opciones para mantener los recortes fuera del aula ya se han agotado. Este año las escuelas han abierto sus puertas con muchos menos maestros y personal de apoyo de los que se necesitan para asegurar los programas educativos de calidad.
El Distrito Escolar Unificado de San Diego ha sido forzado a recortar $450 millones de su presupuesto desde 2007-08. Esta acumulación de reducciones han arrasado y devastado, y ahora ya se siente su impacto en nuestras aulas. En septiembre, nuestros estudiantes fueron recibidos por cientos de maestros menos y alrededor de 500 miembros menos del personal de apoyo. Hay una disminución de más de 2,200 personas atendiendo a los estudiantes de nuestras escuelas que las que había en 2008, una reducción de cerca del 15 por ciento.
El pasado enero, el gobernador Jerry Brown propuso un presupuesto que balanceara los recortes con nuevos impuestos para apoyar la educación pública. Esa audaz propuesta dependía de un compromiso bipartidista en la Legislatura que hubiera dado a los votantes la oportunidad de decidir si quieren apoyar la educación pública. El compromiso bipartidista no se logró.
Sin apoyo de los Republicanos, el gobernador no tuvo otra opción que firmar un presupuesto balanceado en precarias expectativas del ingreso presupuestal. Sabiendo que el presupuesto estatal está basado más en esperanzas que en la realidad, la Legislatura aprobó un presupuesto con "recortes automáticos" que podrían disminuir los fondos para la educación a mitad del año escolar si las proyecciones de ingreso en diciembre caen por debajo del ingreso supuesto que fue incorporado en la ley presupuesto de julio.
Este ardid presupuestal de último minuto incluyó la opción de acortar el año escolar en siete días como una forma en que los distritos puedan ajustar las reducciones en el ingreso. Como con muchas soluciones presupuestales de último minuto, nadie analizó los impactos que los recortes a mitad del año podrían tener en las escuelas. El año escolar de los niños de California ya ha sido reducido en cinco días como resultado de los recortes del año pasado. Eliminar otros siete días de instrucción es una terrible idea que no puede implementarse por casi el 50 por ciento de los distritos escolares de California, que tienen contratos colectivos cerrados.
La cuenta regresiva hacia los recortes de medio año ya ha comenzado. En los primeros dos meses del año fiscal, California ya está con $600 millones debajo de sus proyecciones de ingreso. En diciembre, el estado debe estimar su ingreso del año. Si esas proyecciones caen en más de $2 mil millones por debajo de la meta del presupuesto, la educación K-12 podría ser inmediatamente recortada hasta en $1500 millones. El Distrito Unificado de San Diego se vería presionado a reducir su fondo general por aproximadamente $30 millones por encima de los $80 millones reducidos previamente.
Aún sin los recortes a mitad del año, el Distrito Unificado de San Diego está enfrentando un déficit de aproximadamente $60 millones para el año escolar 2012-13. Después de cuatro años consecutivos de reducciones presupuestales, balancear el presupuesto del año entrante con un déficit de tal magnitud va a ser más difícil que nunca. Precisará más despidos, aumento del tamaño de las clases, y negociaciones serias con nuestros grupos de empleados sobre concesiones en salarios y prestaciones que puedan mitigar el número de despidos. La Mesa Directiva de educación ha pedido a los grupos de empleados que comiencen estas difíciles conversaciones. La salud fiscal y la solvencia del distrito requerirán que entremos a estas negociaciones con mentes abiertas y espíritu de colaboración para alcanzar soluciones funcionales y justas que puedan preservar la calidad de educación que proporcionamos a los niños de San Diego.
Si el estado decide aplicar los recortes automáticos a mitad del año, el distrito tendría pocas opciones viables para resolver una reducción de fondos de $30 millones en enero. El Distrito Escolar Unificado de San Diego tendrá que usar sus ya mermadas reservas para soluciones de una sola vez. Este arreglo rápido sólo aumentaría el déficit proyectado para 2012-13 a un nivel incontrolable de $100 millones. En ese panorama del peor de los escenarios, aún con las concesiones de los empleados y cientos de despidos de maestros y personal de apoyo, lograr un presupuesto balanceado será muy difícil de lograr, lo que arriesgaría la solvencia fiscal del distrito.
En este momento, el futuro de nuestros niños está en manos de la Legislatura y del gobernador. ¿Encontraran ellos una alternativa a los recortes automáticos, o darán a los californianos la oportunidad de votar sobre los fondos para la educación, antes de que sea demasiado tarde para salvar a nuestras escuelas?