La historia a continuación es del blog<https://www.pltw.org/news/items/201405-one-150000> de Project Lead the Way, publicado por uno de mis estudiantes en la Preparatoria UC. Project Lead the Way es una organización educación nacional sin fines lucrativos comprometida con aprendizaje basado en STEM. Yo presenté un ensayo de uno de mis estudiantes seniors y fue publicado en su boletín. Éste es verdaderamente uno de los mejores ensayos que he leído en mi carrera como maestra.
— Ellie Vandiver, RN, BSN, Maestra de Ciencias Biomédicas, Escuela Preparatoria University City
Uno en 150,000
Una publicación de Kyle Underwood, un estudiante PLTW de Ciencias Biomédicas de la Escuela Preparatoria University City
Nota del editor: En el programa de Ciencias Biomédicas de PLTW (Project Lead the Way), los estudiantes asumen los roles de profesionales de ciencias biomédicas y trabajan colaborativamente para entender y diseñar soluciones para los más apremiantes retos para la salud de hoy y del futuro. Para Kyle Underwood, PLTW de Ciencias Biomédicas PLTW de Ciencias Biomédicas es más que una clase, es su realidad. Cuando era niño, Kyle fue diagnosticado con un extraño trastorno genético conocido como Síndrome de Hunters, pero él no ha permitido que su condición lo detenga. De hecho, él está haciendo todo a partir de su situación: universidad, carrera, y la oportunidad de encontrar una cura.
Si usted conoce a un estudiante PLTW que tenga una gran historia qué compartir sobre su experiencia como PLTW, por favor pídales que se comuniquen con communications@pltw.org<mailto:communications@pltw.org>.
Al salir del auto y comenzar a caminar por el interminable camino de concreto hacia la escuela, mi respiración se vuelve pesada y mis piernas se debilitan; pero esto es normal. Observo a una mamá con su pequeño hijo y me acuerdo de mi pasado. A los cuatro años, vi por primera vez a mi hermanito bebé y recuerdo que pensé que se veía igual que yo. Una semana después los dos yacíamos juntos en una cama de hospital, donde el ruido de las máquinas conectadas a nuestros cuerpos ahogaba nuestras tristes emociones. De casualidad, un doctor me sugirió que me hiciera una prueba genética. Es entonces cuando quedé marcado con la realidad de que soy uno de cada 150,000 que sufren una rara enfermedad metabólica llamada Síndrome de Hunters.
En la escuela soy uno en 1,700. Conforme avanzo entre la cuantiosa muchedumbre, mis compañeros parecen gigantes en comparación con mi estatura de cuatro pies. Sin aliento, mientras mi mochila se encaja en mi espalda, continúo hasta llegar finalmente a mi clase de biomédicas. Cuando mi maestra comienza a discutir la asesoría genética, vuelve a mi memoria el momento en que me describieron los horrores de mi enfermedad: mucopolisacaridosis. Esta enfermedad se origina por una mutación en el gene iduronato2-sulfatasa que es responsable de producir una enzima que procesa los azúcares. Mi hermano y yo carecemos de esta enzima clave y nuestras vidas pueden conllevar muchas luchas que incluyen depender de una silla de ruedas, discapacidad mental y muerte prematura. Dadas las dificultades que iba yo a enfrentar, la respuesta comprensible era el miedo. Sin embargo, gracias a mi fuerza y a los esfuerzos de mi doctor, luché por superar mis limitaciones y no dejar que me definieran. Finalmente, mi hermano y yo fuimos diagnosticados con una forma leve de la enfermedad.
Durante el almuerzo, soy uno en 50. Voy a mi reunión de Hope for Uganda, un club de servicio comunitario que ayudé a crear. Entro al salón de estudiantes y escucho a la presidente hablar de una oportunidad de voluntariado en un hospital local. Al oírla hablar, mi mente se va a mi propia realidad, donde estoy rutinariamente confinado a una cama de hospital. Estoy exhausto por los sonidos de una máquina de presión sanguínea, una bolsa intravenosa que gotea, y observando un techo en blanco. Sabiendo que mi piel pronto será perforada, empiezo a sentir pánico. Hacia la derecha veo a mi hermano y a la derecha veo la aguja. Esto me alienta a encontrar la fuerza para ayudar a mi hermano dejando de encogerme y dando el ejemplo. Comprendo ahora que no tengo otra opción más que mirar mi marca, mi número, mi condición y reconocer que puedo ser la persona que termine con esta rutina. Es entonces que me doy cuenta de que deseo ser parte de la investigación que encuentre la cura para mi condición.
En casa soy uno en 4. Cuando llego, inmediatamente me voy al sillón y dejo que mi cuerpo se relaje para que mi mente se quede a cargo. Veo a mis padres conversar sobre mis facturas y citas médicas. Mi padre lucha diario con balancear sus inquietudes sobre mi salud futura, mientras opera su negocio de pisos y propicia nuestra unión familiar. Mi madre, quien espera lograr un puesto gerencial en una tienda, se volvió nuestra asistente, planeando las incontables citas médicas, infusiones semanales, y más de una docena de operaciones. Esto se hizo para corregir mi habilidad para caminar, oír, y ayudarme a funcionar de manera independiente en la sociedad. Estos sacrificios rutinarios que han hecho mis padres podrían solucionarse cuando yo inicie la investigación científica para encontrar curas para enfermedades genéticas.
Antes de ir a la cama, soy uno de 1. Al reflexionar sobre mi día recuerdo que puedo salir de esto. De todas las personas afectadas con mi enfermedad, yo tengo la capacidad mental para contribuir a encontrar una cura. Ser el primero en mi familia en buscar una educación universitaria creará un cambio no sólo para mi familia, sino para muchos otros. Después de muchas visitas a doctores y hospitales, mi mente se ha acostumbrado al mundo médico. Al principio, cuando me diagnosticaron, las expectativas para mi futuro eran pocas. Pero ahora, me he superado para vencer la adversidad, romper estereotipos y causar un impacto duradero en mi mundo al aprovechar al máximo mi educación convirtiéndome en un genetista bioquímico.
A través de todo esto, tuve la oportunidad de inscribirme en una Secuencia Biomédica que ofrece Project Lead the Way. Dentro de esta secuencia, he estado expuesto a muchas ideas y experiencias prácticas que me han ayudado a prepararme para el campo de la medicina. Esas experiencias, incluyendo redactar propuestas para subvenciones, crear y realizar experimentos científicos, y presentar diversas ideas e innovaciones a miembros de la comunidad. Participé en un aprendizaje a base de preguntas enfocadas a resolver problemas que tuvo un profundo efecto en mi desarrollo intelectual. Dentro de esta secuencia durante el noveno y el doceavo grado, fui expuesto a problemas globales y participé en la redacción de dos propuestas de subvenciones para aumentar las oportunidades educativas en Uganda.
Al reflexionar en esta experiencia, sé que ha obtenido conocimientos que contribuirán a mi éxito en la universidad. Como una culminación de mi desarrollo, tuve la oportunidad de participar activamente en el ambiente de hospital mediante pasantías. Disfruto poder usar mi crecimiento intelectual al servicio de los demás. Mi desarrollo académico y mi curiosidad en esta secuencia me han ayudado a crecer como estudiante y como persona, y me tengo confianza en que estos atributos me servirán bien como estudiante en la Universidad de California, Los Angeles.